Valparaíso Vals

Anoche se inauguró el Festival Internacional de Teatro de Santa Cruz con la obra Valparaíso Vals interpretada por el Ballet Nacional de Chile.

Fue un recorrido sensual y nostálgico de la vida en el puerto de Valparaíso, mezcla de misterio universal y romanticismo que rodea a los puertos del mundo.

La despedida del marinero, el amor furtivo de una noche con hombres de una noche, de aquellos imprescindibles, como lo describió la majestuosa voz que interpretaba las canciones al vivo. La desnudez transparente del baile que flotaba a cada paso del escenario, nos remontaba a esa sensación de vacío existencial del aventurero que está en uno y mil lugares, navegando con la ilusión de anclar en un puerto, arrastrando su deseo por la corriente del mar pacifico. Esa sensación de estar lejos de su Patria, del puerto esperado, del amor, de ser un eterno extranjero, de vivir del recuerdo, mientras el cuerpo deambula por lugares vírgenes.

La ausencia de la tierra amada, de la amada, de aquella que nos ilusiona deslizando las sabanas blancas, ese sabor a poco que se siente en la despedida.

Volví a oler el adiós, ese tantas veces dicho, dulce y doloroso, que el tiempo, como el vals, se encarga de llevar levitando.

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