La Fe mueve montañas, pero también mueve más de 300 millones de turistas al año que se desplazan por motivos religiosos y que generan aproximadamente $us. 18.000 millones de ingresos, según datos de la Organización Mundial del Turismo. Siendo un sector en permanente crecimiento convendría analizar el potencial real que tiene Bolivia para incursionar en un sector que puede dinamizar las economías locales.
La tendencia del turismo a nivel mundial, con consumidores cada vez más informados gracias a las ventajas que las nuevas tecnologías ofrecen, obligan a que lo ofertado sea percibido como autentico, valorando otros criterios que van más allá de los servicios tradicionales. Iniciativas que cuenten con una adecuada calidad en servicios, empapados con originalidad, identidad, dinámica participativa, entre otros, comienzan a perfilarse como variables que hacen apetecibles los destinos turísticos. En Bolivia, la diversidad cultural, geográfica y social, permite abrirnos a ese mercado que quiere lo auténtico, escenario donde lo local adquiere un protagonismo indiscutible.
El turismo religioso aprovechado de forma inteligente y sostenible es un instrumento que puede poner en valor intangibles como la identidad, lo auténtico, lo exótico, lo diferente, lo originario, los usos y costumbres, y por ejemplo en el caso de las Misiones Jesuíticas de Chiquitos, equivale a sentir la Cultura Viva de su gente. La puesta en valor de estas variables, comprendidas y gestionadas adecuadamente, sin exclusiones sociales, se transforma en el incentivo económico necesario para la conservación y la sostenibilidad del patrimonio material e inmaterial.
La riqueza de las comunidades, con sus tradiciones, usos y costumbres, la presencia de entidades públicas con competencias y recursos que apuestan al turismo como factor de desarrollo sostenible, la apertura de espacios de participación, coordinación e inclusión, se traducen en avances institucionales de la democracia boliviana y se transforman en facilitadores para generar desarrollo económico local. Las Misiones Jesuíticas de Chiquitos, esa que aún no ha develado la totalidad de sus encantos, encuentra en el turismo religioso y sustentable la posibilidad de abrirse al mundo, mostrando su mejor faceta, lo propio, lo auténtico…otro mundo.
En ese contexto por primera vez en el país este tipo de análisis y debates se llevará a cabo en el Congreso Internacional de Turismo Religioso que se realizará el 3 y 4 de octubre en San José de Chiquitos. El espacio organizado por el Gobierno Municipal de San José, el Gobierno Departamental de Santa Cruz y el CEPAD, en asocio con instituciones nacionales e internacionales, creemos que será el escenario ideal para encontrar alternativas que permitan potenciar los productos que poseemos, además de aprender de experiencias internacionales que ya tienen un camino avanzado y que se nos abren generosamente. Estamos convencidos que el Turismo, con sus diferentes variantes, democratiza la generación de ingresos y que por lo tanto, como Estado, deberíamos apostar a su desarrollo.