Sigue el recorrido por Extremadura. Hemos visitado la Feria Gastronómica “Miajón” de Badajoz, donde se exhiben los productos de mayor calidad producidos en la Región y donde el Jamán de Bellotas, la Torta del Casar de Cáceres, vinos de diferentes tipos, manjar tras manjar, entregan el sabor de la tierra extremeña. En este escenario y con el cariño incansable de Mané y la colaboración de Maribel, de FELCODE, vimos la utilidad y practicidad económica de contar con Ferias que ponen en valor lo propio. La información completa fue compartida durante el almuerzo-trabajo con Valentín Cortés, Presidente de la Diputación de Badajoz, quien a pesar de las diferencias que separan a España y Bolivia, hablaron el mismo idioma con las autoridades locales bolivianas, demostración que las necesidades humanas son las mismas mós alló del azar de haber nacido en algún lado del Atlántico.
Como parte del aprendizaje práctico visitamos el recientemente declarado Parque Nacional Monfrague, donde la filosofía de conservación se complementa en un equilibrio necesario con el desarrollo económico local. Gracias a Manuel Sánchez pudimos comprender la forma de producción denominada la dehesa, que ha resultado como un modelo exitoso que fortalece la naturaleza y permite aprovechar los recursos que ofrece. Tuvimos el lujo de tener como guías y anfitriones al Director del Parque y a varios de los Cooperantes Extremeños que trabajaron en Bolivia. El Centro de Interpretación del Parque, con un sistema audiovisual que apela a los sentidos, permite tener una percepción clara del ecosistema existente, mostrando a los visitantes la importancia de la conservación para lograr el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales. El recorrido se completa con una visita al castillo de origen Árabe, que nos permite situarnos por arriba del vuelo de los buitres negros y contemplar al Río Tajo abriéndose paso entre las serranías extremeñas.
Por la noche dormimos en Plasencia, recorriendo sus calles estrechas conocimos la cadena de hoteles “paradorâ€, una iniciativa del Gobierno Español que restaura antiguos monasterios y conventos abandonados luego de la expulsión de varias ordenes religiosas, para convertirlos en lujosos hoteles. De esta forma se logra rescatar el patrimonio y a la vez ofrecer una alternativa de servicios turísticos que genera ingresos a las diferentes regiones. La cadena es autofinanciada con ingresos propios y pertenece al Estado Español.
Caminando llegamos a la catedral gótica de Plasencia, donde su estética gris y las gárgolas con forma de demonios, entregan el misticismo necesario para una noche con luna llena. Luego, una “caña†con los amigos en un Pub de moda, para dormir exhausto y soñando con lo que vendrá al día siguiente.
como si fuera posible pedir más.!