Artículo escrito por Roberto Barbery Anaya:
El oficialismo ha pasado a una fase más transparente de cinismo. Ya no se cuida de mostrar falsos rubores o de proponer acrobacias legales. Después de aprobar en grande su Proyecto de Constitución en un cuartel, y acto seguido, huir por la trastienda del pelotón militar, ahora se dispone a aprobar “en detalle” el texto sin detenerse al menos a leer los artículos.
Así lo han anunciado sus constituyentes. La aprobación será por “bloques”, en una sola sesión, han dicho en tono festivo, luego de reunirse con el Presidente de la República. Y para mayor algarabía, han convocado, con rótulo oficial incluido, a los constituyentes que quieran trabajar irregularmente con ellos estas dos semanas, antes de la sesión que tienen previsto celebrar el 14 de diciembre, cuando se cumple el plazo de ampliación de las deliberaciones de la Asamblea Constituyente, de acuerdo a la Ley reformada en agosto pasado.
Pero la Ley de agosto pasado, no sólo amplió el plazo de las deliberaciones de la Asamblea Constituyente. En forma inopinada, reformó también un tema fundamental: convirtió el mandato inexcusable de los 2/3 para aprobar un Proyecto de Constitución, en una simple alternativa política. Y la sorprendente concesión, esta vez se aprobó por 2/3 en el Congreso Nacional, en el marco de un inesperado acuerdo entre el MAS y PODEMOS…
La insólita reforma, entre otras cosas, incorporó la posibilidad de aprobar por mayoría absoluta el Proyecto de Constitución en la instancia “en grande”, que es lo que el MAS pretende que hizo en la sesión irregular de Sucre… Y en cuanto a la aprobación “en detalle”, a la sazón, dispuso que en la hipótesis de que no existan 2/3, se convoque a un “Referéndum Dirimidor”, para las materias respectivas – que pueden ser todas, muchas o algunas.
¿Qué buscaba PODEMOS con esta concesión? Convertirse en la única opción distinta al MAS, porque la reforma incorporada plantea que en la alternativa de efectuarse el “Referéndum Dirimidor” se presentarán dos proyectos: uno por mayoría y otro por minoría…
Prevaleció, en efecto, el cálculo político… Aún a costa de abandonar un principio democrático, que constituía el principal escollo legal para el afán totalitario del MAS. Aún a costa de que este principio democrático tenga el precedente de un Cabildo multitudinario en Santa Cruz. Aún a costa de que un Referéndum de estas características en un momento tan delicado para el país pueda tener consecuencias catastróficas…
El caso es que los meandros de la política han seguido un curso distinto al cálculo de la reforma de agosto, porque el MAS avanza unilateralmente en la aprobación irregular de un texto constitucional que busca ratificar después del 14 diciembre en un Referéndum, excluyendo la posibilidad de que PODEMOS presente una propuesta alternativa… Así, de consolidarse esta tendencia, ya no habrá espacio para un “Referéndum Dirimidor”, sino simplemente se pondrá a consideración de los ciudadanos la aprobación o el rechazo del Proyecto del MAS…
¿Qué puede hacer PODEMOS? Pues ahora se enfrenta a un dilema: participar de la Asamblea Constituyente en las condiciones irregulares que plantea el MAS, presentando un proyecto alternativo, y avalando implícitamente la ilegalidad de este proceso… o apartarse del tablero político…
No cabe duda que lo más sensato es el suicidio. Y es lo más leal. Porque en el extremo irregular de este proceso, siempre será más fácil votar en contra del Proyecto de Constitución del MAS que votar a favor del Proyecto de Constitución de PODEMOS. En otros términos: la presencia de PODEMOS en las circunstancias actuales favorece al MAS.